Pero me arriesgué, y el resultado ha sido el esperado: "ummmm que ricas".... "ummm, en mi cumple quiero de estas..."... "mamá haz más".... y un sin fin de entradas y salidas de la cocina mientras las galletas se enfriaban en la rejilla y disimuladamente desaparecían....
Si queréis caer en esta tentación, tomad nota: